Nota de la autora

Los lectores que conozcan Sheridan y Buffalo descubrirán que me he tomado ciertas libertades con la historia de esas ciudades. En realidad, la calle principal de Sheridan no fue construida como la he descrito ni tenía casas victorianas tan elegantes como las que aparecen en el relato; no fueron erigidas hasta fines de siglo. En 1888, Mukers y Mathers aún no tenían la ferretería y, por supuesto, tampoco existía el Mint Saloon. Pero el relato exigía ciertos puntos de referencia y, por eso, pido disculpas por adaptar las fechas a mi historia.

L. S.

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