16 de Octubre de 1066
Redfern, Inglaterra
"PERDONE QUE LE MOLESTE, mi señor," dijo Delmas vacilantemente. "Hablaría contigo sobre mi esposa. "
Richard alzó la vista de su copa con un ceño. ¿Cristo, no era bastante malo sin que se le acercara ese conejo llorica? El esclavo se había cernido alrededor de él durante dos días enteros desde que él había vuelto a Redfern. "Márchese, o voy a pincharle como un cerdo asado."
Delmas se estremeció pero no se movió de la entrada del pasillo. "Debe devolvérmela."
Richard tomó una cerveza. "¿Debo?" Él repitió de manera amenazante.
" No es correcto separar al marido y la esposa."
"¿De verdad?" Richard se elevó a sus pies y movió irregularmente una bagatela a través del pasillo. Brevemente lamentó la cantidad de cerveza que había bebido. Esto perjudicaría su placer en el castigo al cerdo impertinente. "¿Se atreve a decirme qué debería hacer?"
"Es sólo…" Delmas humedeció sus labios. "No, mi señor. Hago lo que es apropiado. Estoy seguro de que pensó que darla al Normando era lo mejor. Es sólo…" Él de repente exclamó, "debo tenerla de vuelta."
"Una esposa joven está demasiado llena de jugo y fuego para un hombre de sus años," se mofó Richard. "Ella estará mucho más contenta con el Normando."
Delmas vaciló. "¿Y su señora? Puede necesitarla."
La mano de Richard repartió golpes a diestro y siniestro y envió a Delmas a la tierra. "Mi señora es mi preocupación, mía sola." Dios del cielo, estaba cansado de las miradas de reproche que estos subalternos le habían echado desde que había vuelto. Hasta Alice había osado protestar cuando la había alejado de servir a Adwen para usarla en su cama. Bien, tenía necesidades que la guarra y alcanzaría el respeto de esta rata lloriqueante. "¡Mía!" Le dio patadas en el estómago. "Mantenga su boca y su -"
"Perdóneme, mi señor." Delmas pasó rozando a través del piso fuera de alcance. "Simplemente pensé que Brynn le serviría mejor aquí que con el Normando. Si cree que ella es de más servicio…" Se puso a sus pies y estuvo de pie mirándole fijamente con desesperación mientras Richard se dirigía de nuevo hacia él. Entonces, como si le viniera una decisión, dijo, "sólo quería salvar el tesoro para usted. Los Normandos han tomado tanto de nosotros."
"¿Tesoro?" Richard se paró. "¿Qué tesoro?"
"Mi esposa sabe donde hay un gran tesoro."
"Mentiroso. "
"No, de verdad." Dio un paso atrás. "No he sido capaz de obligarla a decirme donde está, pero usted es mucho más experto. Piense, mi señor, William tendrá conocimiento sólo de Redfern y de su presente riqueza. Cuando recupere el tesoro, podría enviarle en secreto lejos y usarlo para volver a su situación anterior."
El esclavo probablemente mentía, pero unas preguntas no dolerían. "¿Dónde está ese tesoro?"
"Gwynthal."
No reconoció el nombre. "¿Gales?"
Delmas frunció el ceño inciertamente. "No pienso que sea Gales."
"¿No sabe?"
"Encontré a Brynn en el pequeño pueblo de Kythe en Gales. Como dije, no pude obligarle a decirme todo sobre Gwynthal."
"¿Entonces cómo sabe sobre ello?"
"Todos en el pueblo estaban enterados de Gwynthal y el tesoro. Su padre se jactó de ello cuando él había bebido demasiada cerveza. Siempre mascullaba algo sobre una isla."
"¡Una isla!" Richard resopló con repugnancia. "¿Cómo una mujer puede encontrar una isla en un mar enorme? ¿O, como se supone, voy en barco sin rumbo hasta encontrar la isla?"
"Cuando encontré a Brynn estaba en el bosque a lo lejos de Kythe en el camino al pueblo de Selkirk. Selkjrk está sobre el mar. ¿Eso no sugiere que ella tiene el conocimiento de dónde esta la isla para localizada?"
"Quizás."
¿Animado por el interés de Richard, dio un paso más cerca y dijo con impaciencia, "No puede verlo? Necesitamos que vuelva Brynn."
Nosotros. ¿El idiota en realidad pensó que él compartiría tal tesoro si existiera? Sin embargo, podría ser sabio dejar al criando en la creencia. Delmas no estaba sólo familiarizado con ese pueblo galés, pero era el marido de Brynn y podría ser capaz de influir en la mujer. Se giró y se volvió a su silla. Su paso era un poco constante; el efecto de la cerveza debía abandonarle. Bueno. Necesitaría una cabeza clara para tamizar la verdad del mito.
Tesoro. Parecía una solución demasiado fácil para su grave situación.
¿No merecía un golpe de buen fortuna después de la manera en que el destino le había devastado? Una mujer inútil como su esposa, un rey que no podía mantener a salvo las tierras de sus señores de aquellos Normandos. Sí, era el momento de que Richard le pagara su deuda.
Se sentó y miró fijamente con desprecio a la impaciente expresión de Delmas. Asquerosa criatura. Qué bajo había caído para verse obligado a ocuparse de esos bichos. Se echó hacia atrás y se permitió una risa débil. "Si lo que dice es verdadero, entonces convengo que debemos intentar recuperar a su esposa del Normando."
"Es verdadero. Lo juro."
"Los juramentos tienen poco valor. Quiere a ella de vuelta."
Delmas vaciló y luego metió la mano en la bolsa de su cinturón. "Tengo la prueba. Ella tenía esto cuando la encontré. Estaba en una cadena que ella llevaba sobre su cuello y luchó como un joven lobo cuando se lo quité."
El pequeño rubí perfecto en la palma de Delmas brilló brillante a la luz de la vela.
Richard con cuidado escondió su repentino interés. "No es de un gran tamaño."
"Pero claro y de un color excelente. ¿Dónde una simple muchacha de pueblo conseguiría tal joya?"
Richard tomó la joya y lo sostuvo más cerca de la llama de la vela. El rubí era bastante perfecto. "Donde, verdad," murmuró. Se inclinó hacia atrás en su silla. "Pero debo saber bastante más antes de que yo pueda juzgar si es por lujuria de su cuerpo o por ese supuesto tesoro. Dígame más de su encuentro con Brynn de Falkhaar y ese Gwynthal."
"Donde está Gwynthal" Malik preguntó.
Brynn se puso rígida, parada a medio movimiento de extender el bálsamo alrededor de la herida. "¿Qué?"
"Gwynthal. ¿Es dónde nació, verdad?"
"Sí." Tomó más bálsamo del caldero. "Pero no recuerdo haberle hablado sobre ello."
"Ella no te lo dijo," Gage Dumont dijo a través de la tienda. "Yo lo habría recordado."
"Quizás no estabas en la tienda." Malik frunció el ceño, intentando recordar.
"Apenas te he dejado desde aquella primera noche," Gage dijo.
Eso era verdadero, Brynn pensó que él había sido una presencia poderosa, vigilante desde el momento del despertar de Malik, la mirada por cualquier paso en falso, animando a Malik. De vez en cuando ella había sentido la cortante fuerza de su voluntad que solo Malik alejaba lejos y más lejos de la oscuridad.
Malik todavía estaba perplejo. "Frescos bosques verdes, maravillas alrededor de cada recuerdo…" Él murmuró.
Sus propias palabras cuando había intentado alcanzarlo aquella primera noche.
"¿Así es, verdad, Brvnn?" Malik preguntó.
"Así es." Ella se rió de él. "Le hable sobre Gwynthal la primera noche que vine. No pensé que lo recordaría."
"No sabía que podía." Malik bostezó, "Solamente lo recordé."
"Pero dijo que Malik no se había despertado durante la noche," Gage Dumont dijo suavemente. "¿O no me dijo la verdad?"
"No miento." Ella comenzó a vendar la herida. "A veces puedo alcanzar lo profundo solamente hablando. Intento recordarles a los que están lejos cuanto hay esperando por ellos si vuelven con nosotros."
"Seguramente una cosa rara de hacer," dijo Normando.
Ella se giró sobre él. "Hago lo que tengo que hacer. Si puede hacerlo mejor, curarle usted mismo."
Malik rápidamente intervino. "Pienso que usted es muy inteligente. Gwynthal debe ser algo muy hermoso hombre. Cualquier hombre quería volver a tal lugar."
Ella se relajó mientras le miraba. "Sí, muy hermoso. Nunca he visto un lugar tan encantador y pacífico."
"¿Pacífico?" El tono de Gage era de burla. "No pensé que hubiera tal lugar sobre esta tierra."
"Porque no lo busca. Como todos los guerreros, prefiere matar y mutilar. Gwynthal siempre ha estado en paz.
"No puedo creer eso."
No, Gage Dumont era todo lo que era oscuro y violento y tormentoso. Él no aceptaría o entendería una tierra como Gwynthal Aunque ella no viera esa oscuridad cuando hablaba a Malik, comprendió de repente. Cuando él estaba con su amigo era como si un brillante rayo de la luz del sol perforara las nubes, envolviendo, absorbiendo todo en su camino. ¿Sería agradable tener aquel esplendor centrado en uno? Probablemente sería más desconcertante que la oscuridad. "No pido que me crea."
"Si Gwynthal es un lugar tan maravilloso, tengo curiosidad en cuanto a por qué está aquí entre los salvajes."
"Esa no es una pregunta inteligente para realizar a una mujer a la que usted llama su esclava. No tenía ninguna opción. He sido traída aquí," Terminó de vendar la herida. "Esto parece mucho mejor, Malik. La curación comienza."
"Pica," dijo Malik soñolientamente.
"Un buen signo, pero no se rasgue." Ella se levantó. "Eche una siesta ahora mientras voy y caliento agua para lavarle."
Ella abandonó la tienda y cruzó hacia la hoguera del campamento. Ella soltó un aliento profundo de aire limpio, frío. No había comprendido cuan tensa había estado hasta que habita escapado de la presencia de Gage Dumont. Aquellos ojos azules claros eran demasiado fríos y vigilantes; veía demasiado.
"¿Puedo ayudarla, demoiselle?" Se dio la vuelta para ver a Paul LeFont que se acerca a caballo. Lo había visto raras veces desde aquella primera noche, pero había sido cortés, hasta amable en esas ocasiones. Recordó cuan feroz y severo había parecido entre las antorchas en el patio. Ahora, sin la armadura y ningún casco que cubriera su pelo color gris rayado, apareció mucho más accesible. Pasaba de los treinta años, un hombre alto y flaco cuyo cuerpo probablemente era tan fuerte como su cara y cuya manera era fía, precisa, y seria.
"Necesito agua para lavar," ella dijo. "Si fuera tan amable para de enviar a alguien a traerla."
"Será mi placer." Él giró su cabeza y emitió una orden en francés a alguien a través del campamento. "Lo haría yo mismo, pero debo ponerme la armadura. Salgo inmediatamente para escoltar a los prisioneros al campamento de William."
Los prisioneros. Había estado tan implicada con la curación que había olvidado aquellas almas desafortunadas. "¿Lord Kells?"
"Sí, él está entre ellos."
"¿Qué les pasará?"
LeFont se encogió. "Esto cometido de su gracia, después Lord Gage dice que no tiene utilidad para ellos."
"¿Tiene un cariño para ese Lord KelIs?" La preguntó.
Su tensión volvió a la expresión sedosa. Era como si el Normando siempre intentaran capturarla en alguna travesura. "Es el padre de Lady Adwen y el primer Lord Sajón que conocí aquí en Inglaterra."
Gage cabeceó despidiendo a LeFont, y el capitán montó a caballo alejándose. "No me contestó."
"¿Qué desea que diga?" Ella dijo con impaciencia. "Él era amable."
"¿Y está agradecida?"
"Cuando me trajeron aquí era apenas una niña y había conocido la libertad más grande que usted pueda soñar. ¿Piensa que estaría agradecida por tener una cadena colocada alrededor de mi cuello?"
"¿No nació esclava? Entonces debe haber sido una cautiva de guerra."Él rió. " Qué extraño, cuando su perfecto Gwynthal no tiene guerras."
"¿Por qué debería importar cómo vine a parar hasta aquí? Estoy aquí y curo a su amigo."
"Sí, lo hace." Él se sentó cerca del fuego y miró fijamente a las llamas. Un rayo de luz del sol de última hora de la tarde cayó sobre él y ella de repente descubrió que su melena oscura no era negra, sino un vibrante profundo rojo. Extraño que excepto a la luz del sol pareciera más moreno. Él dijo, "Pero la encuentro una mujer inquietante y me hace difícil conocer algo sobre usted. No es seguro."
¿Él la encontraba inquietante? Nunca había conocido a un hombre que generara tal inquietud en ella. Experimentaba una extraña dificultad para respirar cuando miraba en su dirección. "Malik está a salvo conmigo. Yo no podría dañarlo aunque quisiera."
Su mirada fija acercó a su cara. "¿Por qué no?"
"Soy una curandera," ella dijo simplemente. "Esto me destruiría."
"He conocido a muchos curanderos en los campos de batalla donde he luchado y ninguno de ellos ha sido destruido cuando sus objetivos mueren." Él rió cínicamente. "De hecho, he sospechado que algunos de ellos han sido sobornados para ayudar al proceso."
"Entonces ellos no eran verdaderos curanderos."
"Y esto nunca podría pasar en Gwynthal."
"Nunca."
A su tranquila respuesta, la burla ensombreció su expresión. "Me tientan creerla."
"Bueno. Entonces no tendrá que mirarme fijamente como si sospechara que a cualquier minuto yo cortaría la garganta de Malik."
"Quizás no es la única razón por la que la miro fijamente." Algo en su tono hizo que ella se pusiera rígida por la cautela. "Desde luego sí. No confía en nadie y pensaba que soy un peligro para su amigo."
"Tiene una hoja en su pelo."
"¿Qué?"
Él se levantó ágilmente y cruzó los cuatro pasos que los separan. Extendió la mano y arrancó la pequeña hoja de su pelo antes de tocar ligeramente los rizos de sus sienes. "¿Su pelo es muy espeso, verdad? Es como una sedosa red brillante…"
La dificultad al respirar había vuelto y con ella una debilidad en sus rodillas. Él era enorme y poderoso altísimo sobre ella, y le miró fijamente hacia arriba con desvalida fascinación. No había notado la profunda curva profunda de su labio inferior. Tuvo un impulso repentino de acariciar la almohadilla con su dedo.
Ella se distanció apresuradamente y echó un vistazo lejos. "Red, de verdad," ella dijo con brusquedad. "Lo recoge todo, es por eso que lo mantengo atado atrás." Ella echó un vistazo colina abajo. "¿Me pregunto dónde está mi agua? El capitán prometió que mandaría á un hombre a traérmela."
Ella podía sentir su mirada absorbente sobre su cara apartada, pero cuando habló su tono era impasible. "Entonces estará aquí pronto. LeFont no tolera de flojedad."
"Y usted tampoco," ella dijo hábilmente.
"Y yo tampoco," estaba de acuerdo. "Tengo poca paciencia para los que no funcionan bien."
"Estamos listos para marcharnos, mi señor," le llamó LeFont a través del campamento. Él estaba ahora a la cabeza de una columna de hombres con su armadura brillando a la luz del sol.
"Buen viaje," Gage dijo. "Dé mis buenos deseos y respeto a su gracia. Esperaré que vuelvas en tres días."
LeFont cabeceó y levantó su mano e hizo señas a la compañía para avanzar. Qué triste que desfile tan espléndido se gaste en la fabricación de guerra, Brynn pensó. Era espléndida imagen los orgullosos caballos, valientes soldados y banderolas volando con la brisa crujiente.
Las banderolas…
"Parece encontrar a mi capitán de excesivo interés," Gage dijo con una cortante voz.
"Es un hombre bien parecido," dijo distraídamente. "Pero estaba mirando el banderín. Es la primera vez que lo he notado." Indicó la insignia roja proclamada sobre el fondo blanco. "Es de lo más insólito. He visto leones y ciervos y muchos otros símbolos, pero nunca una bola de fuego."
"No es una bola de fuego, es un cometa."
"¡Un cometa!"
"¿Por qué no? Apareció en el cielo la primavera pasada. Lo vi, lo quise, fue mío. ¿Le tiene aversión?"
"No. Pienso que es hermoso." Pero miró fijamente después a la compañía de soldados con agitación. ¿Qué tipo de hombre era Gage Dumont por haber escogido tal símbolo? Ella no había conocido ningún miedo, pero hasta los buenos monjes se habían santiguado cuando vieron aquel cometa. Pero Gage Dumont había hecho ese gesto supremo de desafío. Sintió un deseo repentino de evitar su presencia. "Pienso que iré a buscar mi agua. Esta llevando mucho tiempo." Comenzó rápidamente a bajar la colina, sus pies tropezaron en las matas de escuálidas hierbas.
Podía sentirlo mirándola pero no la siguió.
Lo vi. Lo quise. Fue mío. Palabras arrogantes de un hombre arrogante. Pero tenía la idea de que él mucho más de lo que parecía. Volvió a mirar a LeFont, quien estaba ahora casi fuera de vista volviendo la curva de la colina. Deseo no haber notado que el banderín con su dorado cometa. Le recordaba la noche que ella había mirado el rayo cortando el cielo. El pensamiento de que en algún sitio la misma noche Gage Dumont también había buscado en aquel cometa le daba un sentido de íntima vinculación.
¿Vinculación? Dulce María, hasta su respuesta al cometa había sido diferente. Ella había mirado fijamente con maravilla y placer. Él había decidido tomarlo para suyo propio. Nunca podría existir una vinculación entre ellos.
Brynn abrió sus ojos al amanecer tres días más tarde para ver a Gage Dumont mirándola fijamente a través de la tienda. Debería estar acostumbrada, pensó soñolientamente. Su mirada fija siempre parecía estar sobre ella desde aquel día en que él había arrancado la hoja de su pelo.
Los rayos grises como perlas se derramaban sobre él, destacando el hueco bajo sus pómulos altos y volviendo sus ojos azules claros a la brillante sombra metálica en finas dagas. Parecía como si estuviera tallado en granito, duro guerrero y sin piedad.
Ella inhaló bruscamente, despertándose. Sus manos despacio se apretaron en puños a su lado. Había algo diferente en la manera en que él la miraba fijamente. Al principio hubo antagonismo y molestia y luego, últimamente, una especie de felina vigilancia, como si intentara determinar algo en cuanto a ella. El antagonismo y la molestia estaban todavía presentes, pero todo lo que él había intentado entender ahora se había resuelto.
Lo vi. Lo quise. Fue mío.
Él podía parecer tallado de granito, pero el granito era frío y él no la hacia a ella sentir frío. Podía sentir que el calor sonrojaba sus mejillas y una debilidad extraña debilitaba sus rodillas. ¿Miedo? No, esto no era miedo tampoco.
Todo lo que era, debía apartarlo. Alejarlo.
Ella cerró sus ojos y se acomodó más cerca de Malik.
Ella oyó un sonido que podía ser una maldición en bajo y fue sumamente consciente de las ondas de descontento que Gage Dumont emitía.
Ella no abrió sus ojos.
"No deberías estar aquí todavía," Malik dijo Gage. "LeFont dice que William ha continuado hacia Londres. Deberías estar con él, protegiendo tus intereses."
"Envié como señal a una compañía de hombres," Gage dijo. "Nos uniremos cuando estés mejor."
"Puede que no sea hasta la primavera. Incluso no puedo sentarme aún." Él arrugado su nariz con repugnancia. "No puedo hacer nada. Como y luego vuelvo a dormir como un bebé."
Gage rió. "Creo que estás un poco impaciente. Han pasado sólo cuatro días desde que pensamos que morirías."
"También lo pensé yo." Él echó un vistazo hacia la solapa de la tienda. "¿Dónde está ella?"
"¿La mujer? Está fuera, hirviendo agua. Tuvo que preparar más bálsamo para tu herida."
"Debe ser un bálsamo realmente maravilloso. Nunca he visto una herida curarse tan rápidamente."
"Solamente te quejas de que tu recuperación tarda demasiado tiempo," Gage se burló. "¿Quizás la mujer no es tan habilidosa?"
" Brynn."
"¿Qué?"
"Su nombre es Brynn. Nunca te refieres a ella por su nombre, solamente 'la mujer'."
"¿Qué diferencia hay?"
"Su nombre es Brynn," repitió Malik. "Y hay una diferencia "
"Por todo los cielos, creo que estás chalado por la moza."
"Chalado no es la palabra."
"¿Has decidido si te ha golpeado la flecha de Cupido otra vez?"
Él sacudió su cabeza."No, pensé que sólo debido al resplandor. "
Gage rió sardónicamente. "¿Y el resplandor se ha descolorado?"
"No se ha descolorado… Es solamente… no puedo pensar en ella en términos íntimos. Sería una presunción."
"No es una presunción cuando te enamoraste de la Duquesa de Balmarin."
"Eso fue diferente."
"Dijiste eso antes. Seguramente es diferente. Una mujer es una duquesa y la otra una esclava. La duquesa era encantadora y civilizaba y tu 'radiante' curandera es espinosa como un arbusto de zarza, tiene una lengua como un látigo, y es la mujer más difícil que alguna vez he encontrado."
"Me gusta ella, " dijo Malik simplemente.
"Tienes extraños gustos."
"Lo sé." Malik emitió. "¿Por qué además te escogí como amigo? No sabes evitar las zarzas tu mismo. He decidido que fuiste enviado a este mundo para expulsar demonios."
"Has sido enviado a este mundo para atormentar y exasperar." Gage miró lejos de él. "¿Quiere que te dé la mujer?"
"No." La mirada fija de Malik se acercó a cara. "Esto te releva. Interesante."
"Estoy seguro que no tardarás en enseñarme que quieres decir con esa observación."
"Desde luego no. ¿No comparto todo contigo? Lo encuentro interesante que claramente intentes considerar a Brynn simplemente como una mujer anónima y no una persona y que no deseas abandonar. "
"Tonterías. Yo no ofrecería dártela si quisiera mantenerla."
"A no ser que esté en el conflicto en cuanto a ella. Valoras mi humilde vida y ella la salvó. Quizás dármela fue tu manera de quitar la tentación de tu camino."
"¿Piensas que quiero a la moza en la cama?"
"Sé que quieres en la cama a Brynn," dijo Malik suavemente. "No he tenido nada que hacer, pero estoy acostado aquí durante los últimos cuatro días y te miro. Te conozco bien, Gage. Yo apenas podría confundir la lujuria cuando la he visto tan a menudo en ti."
Gage se encogió "He estado sin una mujer desde que alcanzamos Inglaterra y ella tiene un cuerpo bonito. Es una respuesta natural."
"Soy la última persona para darle excusas. La lujuria es completamente natural; es la cólera la que encuentro sorprendente. ¿Por qué te resistes el deseo de acostarte con ella?"
"No me resiento-" Él se desprendió y luego dijo severamente. "Bien, quizás lo hago. ¿Por qué es importante? ¿Intentas impedirme que la use?"
Malik sacudió su cabeza. "Creo que deberías acostarte con ella y desahogarlo. Serías más amable con ella una vez que te hayas saciado, y pienso que ella necesita la bondad."
"Estoy sorprendido de que no me pidas que la libere."
"¿En una tierra devastada por la guerra? Ella es una pertinencia segura. Quizás más tarde…" Él bostezó. "Toda esta charla me ha cansado. Márchate. Pienso tomar una siesta… "
Gage se levantó y se movió hacia la entrada de la tienda.
Brynn estaba de pie cerca del fuego, removiendo una mezcla con bríos en el caldero. Permaneció de pie allí, mirándola.
Sus brazos eran firmes y fuertes mientras se movían en movimiento circular. El vapor creciente convertía el pelo de sus sienes en rizos descontrolados y la lana de su vestido se ajustaba a sus pechos llenos, delineando sus pezones.
Ella le gusta ser tocada.
Apretada como un guante.
Acuéstate con ella y desahogarlo.
Estaba duro, listo hasta el punto de doler. No estaba seguro de hasta que punto hasta que no se dio cuenta de lo que la deseaba. ¿Aquella tarde cuándo la había tocado su pelo? Sí, él la había deseado entonces; su palma se había estremecido cuando había tocado aquella sedosa suavidad. Pero él había intentado expulsarlo, volver a esa frustración y molestia que había conocido antes. No le gustó querer a una mujer con esa desesperada intensidad, sintiendo que tenía que tenerla.
¿Aún por qué seguía luchando? Ella no le planteaba ningún peligro verdadero. Era su propiedad. ¿Por qué no la tomaba y se la llevaba entre aquel conjunto de árboles y se saciaba como Malik le había aconsejado que hiciera? Ella no era ninguna virgen que se desmayaría con el tacto de un hombre. Ella había sido entrenada para agradar a Richard de Redfem, y apostaría que los gustos de la hija de puta serían tan torcidos como sus moralidades. La rabia al instante nubló ante la visión que llegó a su mente. Los celos, se preguntó con incredulidad. Imposible. Él nunca había tenido celos por ninguna mujer.
"¿No tiene nada mejor que hacer que estar allí de pie, mirándome boquiabierto?" Ella preguntó sin mirar desde la poción que estaba moviendo.
La irritación le pinchó. Sus palabras eran siempre dulces y suaves para MaIik; hasta con LeFont ella era cortés. Era sólo Gage quien recibía el áspero corte de su lengua.
"¿Qué está haciendo?" Gage gesticuló mientras vio su lágrima se deslizaba y caía en el caldero. "¿No estará frotando ese líquido sobre Malik?"
"Cada pedazo." Brynn revolvió la mezcla con vigor renovado. "Y no necesita mirarme cada minuto de cada día. ¿Piensa que voy a envenenarle?"
"No." Él se encogió. "Pero puede pensar así cuando frote eso sobre él."
"Sabe que hago sólo lo que es bueno para él." Ella bajó la mirada hacia el caldero. "Aunque si duda de mí."
"¿Cómo puedo dudar de usted?" Gage preguntó burlonamente. "¿Cuándo Malik me asegura que es un santo o un ángel?" Se sentó sobre la tierra y rodeó con los brazos sus rodillas. "Eso sería sacrilegio y al instante sería destruido en el infierno."
Ella resopló. "Yo no pensaría que el infierno supondría un gran terror para usted."
"¿Esto significa que cree que soy un demonio?"
"No dije esto."
"Pues entonces, no dice nada, verdad? Excepto darme órdenes."
"Le doy órdenes sólo cuando es necesario para el bienestar de Malik. Quiero curarlo y no puedo hacer todo por mi misma." Ella se humedeció los labios. "Quiero moverlo de este lugar."
"No está lo bastante fuerte aún."
"No tengo ninguna intención de moverlo una gran distancia. Solamente unas millas." Ella gesticuló hacia el norte. "Quizás al bosque de allí."
"¿Por qué?"
"Es lo mejor. "
"¿Para Malik?"
"No." Ella vaciló un momento y luego dijo de mala gana. "Para mí. Es un lugar malo. ¿No puede sentirlo?"
"¿Sentir qué?"
"Si no puede sentirlo, no puedo explicarlo. Solamente quiero irme de aquí." Ella hizo una pausa y luego susurró. "Por favor".
Él la miró con sorpresa. "Esto debe ser importante para usted. Estuvo dando más órdenes que súplicas. "
Ella no contestó.
"¿Qué me da por lo que desea?" Él bajó su voz a una suavidad sedosa. ¿Me dará un regalo?"
"Le he dado un regalo. Malik está vivo. ¿No es bastante para usted?"
"Debería serlo."
"¿Pero no lo es?"
"Malik le dirá que no conozco el significado de bastante. El premio justo sobre el horizonte es siempre dulce."
"Entonces extiende la mano y lo toma, " ella dijo rotundamente.
"O negocio por ello. Prefiero lo último. Satisface mi alma de comerciante. ¿Supongo que Malik le ha dicho que soy más comerciante que caballero?"
"No, él dijo que era el hijo de un rey y capaz de ser todo que quiera ser."
"Lo que obviamente no la impresionó."
"¿Por qué debería? No importa su estado, los hombres son todos iguales."
Él rió. "Ciertamente en algunos aspectos. No contestó. ¿Negociaría conmigo?"
"No tengo nada con lo cual negociar."
"Es una mujer. Una mujer siempre tiene gran poder para negociar."
Ella enderezó sus hombros y se giró para mirarle directamente. "Piensa que deseo ser su puta."
Sus labios se apretaron. "Sus palabras carecen de una cierta delicadeza."
"No carecen de la verdad." Ella bajó la mirada al caldero. "Desea que separe mis miembros y le permita entrar como una bestia en celo del bosque. Me pregunto que busca negociar. Piensa que soy su esclava. ¿No es una esclava para ser usada?"
"Sí, " él dijo de manera cortante. "Un esclavo debe trabajar y dar placer. Y tiene razón, no tengo que negociar con usted. Puedo hacer lo que deseo."
"Estoy contenta de aclararlo." Removió más rápido, más fuerte. "¿Entraremos en la tienda ahora? ¿O quizás desea tomarme delante de todos sus soldados? Le estaría agradecida si tuviera la bondad de dejarme terminar de preparar este bálsamo que hice para la salud de su amigo. Pero, si parezco irrazonable, sólo debe decírmelo y "
"¡Cállese!" Sus dientes se apretaron, él añadió, "nunca he encontrado a una mujer con tal -"
"Sólo soy humilde y obediente. ¿No es lo qué usted quiere de mí?"
"Quiero-" Se paró y luego dijo densamente, "no estoy seguro de lo que quiero… Aún. Cuando lo sea, este segura de que será totalmente consciente de ello."
Se giró y cruzó hacia de un tranco de la tienda. De repente, se paró y se dio la vuelta para afrontarla. "¿Quién es Selbar?"
Ella le miró fijamente con asombro. "¿Qué?"
"Dijo que confiaba en este Selbar," dijo severamente. "¿Quién es él? ¿Su amante?"
Ella sacudió su cabeza.
"¿Quién es él?"
Ella no contestó.
"¡Dígamelo!"
"¿Por qué debería?" Preguntó con ferocidad. "Piensa que posee mi cuerpo, pero no posee mi mente. No lee diré nada."
Él murmuró una maldición y desapareció en la tienda.
Sus manos temblaban, descubrió Brynn.
Había sabido que esta escena vendría desde aquel momento dos noches antes, pero nunca había soñado que fuera este sobresalto. Suspiró, apretando el cucharón, y comenzó a mover otra vez.
Ella deliberadamente lo había burlado para traer la respuesta que Delmas había dado. Una bofetada habría expandido la cólera del Normando y quizás contenido esa lujuria.
Pero Gage no la había golpeado aunque tampoco había usado su cuerpo. Él había contenido su cólera y se había alejado. No era buena cosa. Significaba sólo que él se estaba cociendo a fuego lento y estallaría antes de que ella pudiera ser capaz de controlarlo.
Entraría en ella de aquel modo terrible en que Delmas lo había hecho.
No, no sería como Delmas. Delmas disminuía en comparación a Gage Dumont. Solamente ante el pensamiento de ese enorme cuerpo agachó sobre el suyo le producía un cosquilleo extraño y sensibilidad en cada uno de sus miembros. Si el Normando la usara, sería como ser arrasado por una ola gigantesca y estrellada contra las rocas. No estaba segura de si podría sobrevivir.
Ella era débil y tonta. Desde luego que podría sobrevivirlo. Sería sólo su cuerpo. Él no podía llevarse nada de ella que fuera de verdadera importancia.
Además, ella necesita no pensar en eso en este mismo momento. Había bordeó el peligro de momento. Afrontaría la batalla siguiente cuando viniera.
"¿Qué es ese bálsamo?" Malik arrugó su nariz mientras extendió el bálsamo sobre la herida. "Huele a cielo."
"Sólo hierbas machadas y agua." Brynn mantuvo su mirada fija sobre la herida, con cuidado evitando la mirada fija de Gage. ¿Por qué no dejaba de mirarla?
"¿Qué tipo de hierbas?"
"No las conocería si se lo dijera," ella dijo evasivamente.
"Podría. Mis compatriotas son más grandes expertos en el arte de la medicina que los Francos, y difícilmente pienso que los ingleses sean más hábiles."'
Para distraerlo, ella dijo rápidamente, "¿Piensa que esta mezcla es olorosa? En casos horribles la receta pide un substituto del agua."
"¿Qué tipo de substituto?" Malik preguntó con cautela.
Ella intentó impedir que una sonrisa asomara a sus labios. "Orina de perro."
"Puf." Un pensamiento repentino se le ocurrió. "Mi condición no es horrible ahora, pero lo era hace unos días. Hizo…"
"La orina es también sumamente considerada en la limpieza de los malos humores del cuerpo interior. Un cuarto de una taza mezclada con el caldo de carne, como se dice, es absolutamente necesaria en tales casos."
"Caldo." Los ojos de Malik se ensancharon alarmaron. "No puede estar tan enfermo."
Brynn sacudió su cabeza tristemente. "Casi murió. ¿Qué más podía hacer yo?"
Malik tragó con fuerza." Nada, supongo."
Él parecía tan afligido, no podía seguir con ello. Volvió su cabeza y sonrió. "Tranquilo. No lo usé. No estoy de acuerdo con que la orina de perro sea necesaria para realizar una cura."
"Gracias a Dios," dijo Malik fervientemente.
"Hay otros ingredientes tan buenos como ese."Ella esperó y luego preguntó. "¿No quiere saber lo que usé?"
"No lo creo así."
Ella se rió. "Muy sabio."
"¿Verdad?" Él preguntó, consternado.
"Su cuerpo ha sido dañado bastante yo tendría que preocuparle las cosas que no puede cambiar. "
Ella terminó de vendar la herida. "Allí. Esto debería sujetarser por toda la noches. Iré y conseguiré su cena."
"No creo que tener hambre."
"Desde luego sí." Ella se levantó y una risa repentina encendió su cara mientras bajaba la mirada hacia él. "Sólo conejo guisado e hierbas sabrosas, lo prometo."
"Lo conseguiré." Gage bruscamente se levantó y se movió hacia la entrada "lamentaría haber interrumpir esta pequeña charla íntima."
Ella se tensó cuando él la rozó. En el intercambio con MaIik casi había olvidado la presencia silenciosa de Gage, pero él no permitía que le olvidaran. Estaba allí poderoso, aplastante. Dijo titubeantemente "Es mi deber. No tiene que molestarse."
"Si pensara que era una molestia no lo haría," él dijo severamente. "No es mi costumbre hacer nada de lo que no deseo hacer." Él estuvo de pie allí, mirándola con un ceño. "Además, tengo que dirigirme a LeFont. Movemos el campamento al amanecer."
Sus ojos se ensancharon por la sorpresa.
"¿Seguimos a William?" Malik preguntó.
"No, estoy cansado de este lugar. Vamos a establecer el campamento en el bosque a unas pocas millas más allá."
"¿Vamos?" Bryrnn susurró, una risa brillante alumbró su cara. "¿Realmente?"
"¿Lo dije, verdad? ¿Por qué debería repetirme?"
"Ninguna razón." Su tono era casi armonioso. " Ninguna razón en todo."
Él vaciló, todavía mirando fijamente su luminosa expresión antes de que se volviera y cruzara la tienda.
"Lo tomo como que fue su deseo dejar este ilustre campo de batalla," dijo Malik.
Ella cabeceó, todavía mirando el lugar en que Gage había estado. "Pero no pensé que él lo haría. Es mucho problema mover un campamento, y yo no tenía ninguna razón firme."
"¿Entonces por qué quiere marcharse?"
"Tu no-" Ella encontró su mirada fija. Quizás lo entendería ella nunca había encontrado a una persona más sensible o apacible que Malik. "Es un lugar de muerte. Eso me pone triste."
Él cabeceó despacio, estudiándola. "Pienso que te pone más que triste."
Había tenido razón sobre su sensibilidad. En efecto, él veía demasiado. Cambió de tema. "No sé por qué él acordó moverse. Es un hombre difícil."
"No niego esa verdad. Sin embargo, puede ser que desee agradarte." Hizo una pausa. "Tal conducta es común en el ritual de acoplamiento."
Ella sintió el calor recorrer sus mejillas. No había comprendido que Malik había percibido la sensualidad en la actitud de Gage. "Un hombre no se preocupa por los placeres de una mujer cuando se acopla," ella dijo bruscamente. "Y creo que tu fino Lord Gage tiene poco gusto para rituales. Él me impresiona como un rudo hombre que tan pronto toma a una mujer en un pajar como en una cama."
Malik sacudió su cabeza. "Se equivoca. Ha visto sólo al guerrero. Aprenderá que Gage es… mucho más."
"No tengo ningún deseo de aprender más."
"No puede tener ninguna opción," dijo Malik con cuidado. "La quiere."
"¿Y eso es todo lo que importa? Un hombre extiende la mano y toma porque lo desea? ¿Qué pasa con lo que yo quiero?" Sus manos se apretaron en puños a sus lados. "Esto no es justo."
" Pero no has encontrado que la vida es raras veces justa."
"Sí." Ella soltó un aliento profundo y se obligó a relajarse. Sabía que la cólera era vana y se había sorprendido al haber perdido el control. Sus respuestas emocionales parecieron ser volátiles y cada vez más intensas desde que se había lanzado en esta situación. "Es por eso que a veces hay que dirigirla en la dirección correcta." Ella se dio la vuelta para afrontarlo. "Usted no es como él. ¿Me ayudará?"
"No la ayudaré a escaparse. Está más segura aquí con nosotros." Él arrugó el ceño. "Y si se queda, apuesto que estará en la cama de Gage antes del final de la semana."
"No puedo escaparme aún." Ella frunció el ceño. "Hay un problema en Redfern… "
"¿Problemas?"
Ignoró la pregunta mientras se precipitaba. "Dígame lo que él quiere."
Levantó sus cejas. "Si no es una virgen, entonces sabe lo que él quiere."
El calor en sus mejillas se encendió más. "No, no es lo que pienso. Las mujeres no son realmente importantes para un hombre excepto por ese momento breve. No puedo luchar con é a menos que conozca lo que él quiere."
"¿Y tiene la intención de dárselo?"
"Tengo que saber."
"Es mi amigo. No debería aliarme contra él."
"Salvé su vida. Habría muerto sin mí."
"Verdad." Una sonrisa traviesa encendió su cara barbuda. "Y un pequeño conflicto en el aire siempre hace la vida más interesante."
Ella respiró un suspiro de alivio. "¿Va a ayudarme?"
"¿Qué quiere Gage? Ya tiene gran riqueza y ahora es un barón."
"No pregunté lo que tiene, pregunté que quiere. Nunca he encontrado a un hombre que no quiera más de lo que ya posee."
"Puede ser tan cínica como mi amigo Gage." Él la estudió. "No, quizás no, pienso que todavía quiere creer en los sueños."
"Los sueños no tienen nada que ver con esto. ¿Qué quiere?"
Él pensó en ello." Piensa que quiere ser rey."
"¿Piensa?"
"Fue rehuido por todos en el pueblo y luego rechazado por su padre. Cuando eres presionado en la suciedad, es natural querer elevarse a una posición donde esto nunca pueda pasarte otra vez."
"Pero no todos los hombres aspiran a un trono, " ella dijo secamente.
"No todos los hombres pueden gobernar. Gage siempre ha conocido sus capacidades, lo que hace su situación aún más frustrante." Él rió socarronamente. "¿Diga me, mi dulce curandera, puede dar un trono a un hombre?"
"No, pero yo podría…" Ella frunció el ceño. "¿Puede confiar en él?"
"¿Qué?"
"¿Mantendrá su palabra?"
Malik la miró fijamente, cautivado. "Se puede confiar en él. "
"¿Está seguro?" Ella persistió.
"Yo he arriesgado mi vida en ello muchas veces. Su presencia aquí es sólo la última prueba," dijo Malik silenciosamente. "Nunca he conocido que él rompiera su promesa."
¿El tesoro? Aunque ella pudiera convencer al Normando para que le diera su palabra, sería un riesgo. Los votos dados a mujeres siempre tenían menos peso que los dados a hombres. ¿Y si él decidiera no negociar con ella en absoluto e intentar sacarle la información por la fuerza como Delmas había hecho?
Ella tembló cuando pensó en todo ese poder implacable lanzado sobre ella. No quería entrar en la arena con Gage Dumont. Seguramente ella podría encontrar otro modo de evitar esta situación.
"Tiene miedo," dijo Malik. "No tiene que tenerlo. Si va de buen grado a su cama, él le tratará con cuidado." Él rió. "Y no es para siempre, Gage se aburre de las mujeres en un tiempo muy corto. No importa cuan experta sea, no lo mantendrá mucho."
¿Experta? Ella no sabía prácticamente nada de habilidades de cama, no desea aprender. Sin embargo era un alivio saber que si ella no podía evitarle, sus ordalías serían breves.
Pero ella lo evitaría. Dejaría la batalla antes de que comenzara. Gage Dumont parecía formidable sólo porque ella estaba tan cansada de la lucha. Podría ser despiadado, pero ella no sentía el mal como lo vio en Richard. Debía considerar al Normando como una oportunidad, no como un castigo. "No lo retendré en absoluto." Ella agregó vacilante, "Gracias. Ha sido amable."
"Soy siempre amable. Aprendí hace mucho que la bondad es un regalo que a nadie nunca pena da." Él sonrió. "Pero tengo que advertirte, Gage no siempre está de acuerdo conmigo cuando el regalo causa muchos problemas. Acepta pero no entiende."
"Estoy sorprendida de su aceptación."
"Porque sólo conoce al guerrero, " él dijo otra vez. "Él es también poeta, comerciante, músico… muchas cosas. "
Bien, pronto se llegaría a familiarizar con el comerciante si decidía negociar lo que ella tenía por más querido en este mundo.
"Pero, si piensa que soy amable, podría hacerme un gran favor." Malik giró sus ojos tristes hacia ella. "¿Por favor?"
"¿Qué desea de mí?"
"Una promesa. En cuanto a los ingredientes futuros en mi guisado… "
Ella se sentó en la esquina de la tienda, peinando su pelo como había hecho cada tarde antes de que colocarse para la noche.
Gage mirada como Brynn levantaba su brazo y los dientes del peine mordían el grosor de su maravilloso pelo. No había sonido más sensual en el mundo que el silbido de un peine por la seda de los mechones de una mujer, pensó Gage.
Sensual y estimulante.
Una vez que él la tuviera, el tormento se iría. Ella sería para él nada más que otra de las putas que seguían a los soldados. Debería haber hecho como ella le desafió aquella tarde y llevarla entre los árboles y tenerla a su manera. ¿Por qué diablos no la tenía?
Ella se rió de algo que Malik había dicho y después deslizó el peine ligeramente por su barba oscura.
La furia explosionó en Gage por la pequeña intimidad. ¡Dios!, siempre le conmovía. Se levantó y apagó la llama en la linterna que colgaba del poste, dejando la tienda en la oscuridad. Pero no era lo bastante oscuro. Todavía podía ver el contorno del cuerpo de Brynn que se cernía sobre Malik.
"Ella no ha terminado," protestó Malik. "¿Por qué apagas la luz?"
"Es el tiempo de irse a dormir."
"Unos pocos momentos más no habrían importado."
"Importa. Levantaremos el campamento al amanecer. Si ella desea perder el tiempo toda la noche, no debería haber pedido que nos fuéramos de este lugar."
"Brynn no pierde el tiempo y unos minutos no lo son todo-" Malik se desprendió mientras Brynn hizo un movimiento de su mano.
"Esto no es importante, " dijo Brynn. "Usted debería haberme dicho antes que le estaba molestando."
Su voz que venía de la oscuridad era suave como la miel, pero sin su dulzor. No, tenía la mordedura y la fuerza de una cerveza fina. "Usted no me inquieta."
Ella le molestaba. Todo sobre ella le inquietaba. Su manera de moverse, la cautela de las miradas que ella le lanzaba bajo sus latigazos que estaban en desacuerdo con la audacia de su discurso, el olor de sopa y las hierbas que se adherían a ella…
"Pero usted dijo esto – "
"Vaya a dormir."
Ella vaciló y luego se deslizó hacia abajo al lado de Malik sobre su camastro.
"¡No! " Gage soltó un aliento profundo y luego intentó atenuar la dureza de su tono. "No hay ninguna razón para que duerma con Malik. Dijo que estaba fuera de peligro."
"Hay motivo. No es momento de que yo le abandone."
"¿Dígame, duerme con toda la gente que atiende?"
"Sí."
"Qué agradable para los machos de la especie."
Malik lanzó una interjección, "Gage permite-"
"Abandónelo."
"No lo haré."
Gage se puso rígido. "¿Me desobedece?"
"Gage, me adula que pienses que soy capaz de demostrar una amenaza para esta atractiva doncella, pero yo-"
"Cállate Malik, "
"Sí, le desobedezco," dijo Brynn con ferocidad. "Sé lo que es mejor para él y no le abandonaré antes de que yo sienta que está seguro."
"¿Y su apretado abrazado le hace estar seguro?"
Ella no habló por un momento, y cuando lo hizo, la palabra pareció saltar de ella. "Sí".
"¿Y sus hierbas finas y medicinas? ¿No lo hacen también?"
"Yo no hago -no es lo mismo- por qué no puedo -"
"Se presenta como una bagatela confusa. Quizás confunde sus propios deseos con las necesidades de Malik."
"No." Su voz temblaba. "¿No piense que le daría esta pequeña cosa si yo pudiera? Me hace un servicio dejando este lugar y le debo gratitud. Pero no puedo -no es seguro aún para mí dejarle de noche."
"¿Por qué no?"
"A veces los dragones vienen."
"¿Dragones?"
"No bestias verdaderas. No estoy segura de que existan, pero hay otros dragones. Debilidad e infección y…" Su voz bajó hasta un susurro. "Y muerte. Esperan hasta que nos relajamos y después saltan."
"¿Y piensa que puede mantener esas bestias en la bahía tocando a Malik?"
"No dije eso," dijo Brynn rápidamente, una nota de pánico de su voz. "Nunca dije que pudiera curar con el tacto."
"Eso me pareció a mí."
"Eso me haría una bruja. No soy ninguna bruja. Dios es el único que puede curar."
"E incluso Malik jura que su cura es casi milagrosa."
"Déjala sola," dijo Malik.
"¿Por qué, cuándo la discusión se hace tan interesante?" Él intentó ver su expresión, pero su cara era sólo un aspecto borroso pálido en la oscuridad iluminada por la luna." Dígame más sobre esos dragones que combate."
Ella no habló.
"O quizás le gustaría decirme que hay en esa mezcla que curó a Malik."
"¿No ha estado escuchado? Él no está curado todavía."
"Pero es el bálsamo lo que le curó."
"Desde luego que es el bálsamo."
"Bueno. Entonces no piensa hacer caso abandonándole y durmiendo a un lado esta noche."
"No puedo -" Ella rompió y se calló otra vez. Finalmente dijo, "no lo abandonaré. No puedo evitar lo que piensa. Si desea creer que soy una bruja y que lo curé por la magia, entonces créalo."
"Ah, no lo creo. La magia no existe." Hizo una pausa. "¿Pero usted lo cree, verdad?"
"Si creyera tal blasfemia, la iglesia me quemaría."
"No si pudiera realizar milagros para su exclusivo beneficio," dijo cínicamente. "Pero falla una vez, y temo la estaca que tendrá."
"No soy una bruja. Es el bálsamo." Ella añadió rápidamente, "y duermo con su amigo porque él puede despertarse angustiado y necesitarme. Es así de simple."
"Seguramente que es razonable, Gage," dijo Malik. "Como ella dijo, es simplemente un mero deseo de protegerme del daño."
Ella no decía la verdad y, si ella creía que tenía poderes mágicos, él apenas podía culparla. Las brujas eran adoradas o despreciadas, pero siempre temidas. El miedo podía ser un enemigo mortal. "No simple en absoluto." Él cayó sobre su camastro. "Pero muy interesante. Sea como sea, duerma con Malik… esta noche."
Ella se instaló otra vez, pero podía sentir la cautela en ella incluso a través de la distancia que los separaba.
Debería ser cautelosa. Le había dado otra arma esta noche. No es que él la necesitara. Ella era una esclava y él era el amo. Incluso comenzaba a pensar que utilizaría cada arma en su orden antes de que ellos lo hicieran uno en el otro.
"Shh, " Malik susurró. "Todo estará bien."
Él la consolaba, Gage comprendió con molestia. Otra vez Gage era el bandido y Malik el caballero apacible. ¿Bien, por qué no? No pasaba nada si ella pensaba en Malik como el amigo y Gage como el enemigo. No quería su confianza o buena voluntad. Todo lo que él quería era separar sus muslos y perderse en ella. Como él ya había descubierto, el miedo era un aliado que raras veces fracasaba. La dejaría temerle si eso le llevaba a lo que él quería.
Un movimiento en la oscuridad; ella se aproximó más a Malik.
Sofocó la oleada de feroz rabia y se obligó a cerrar sus ojos y aislarse de ellos. Mañana él la tomaría y lo sufriría. Entonces no se preocuparía si ella dormía otra vez en los brazos de Malik.