Seis meses más tarde
– Han llegado, mamá. -Frankie entró corriendo en el establo-. Los he visto cuando han doblado la curva de la carretera.
Grace se puso tensa y se apartó de Darling. El corazón le latía con fuerza y sintió que el calor le subía a las mejillas.
– ¿Por qué no vas a recibirlos? Iré enseguida.
– Corriendo. -Frankie salió del establo como una exhalación.
Grace no quería correr. Cerró los ojos e intentó recobrar la compostura. No era que no hubiera sabido que iba a llegar ese momento; Kilmer había llamado la noche anterior para decirle que llegarían ese día.
Pero saberlo no la había salvado de pasarse toda la noche en vela tumbada en la cama, ni de que la perspectiva la hubiera revolucionado. Y tampoco impedía que quisiera echar a correr por la carretera como Frankie.
Respiró hondo, se dio la vuelta y salió del establo. Blockman, Donavan y Frankie estaban abriendo la valla para dejar que Charlie, Hope y el potro entraran en el cercado. Cosmo rebuznó y se dirigió trotando hacia ellos.
Kilmer caminaba hacia ella.
– Tienes algunos animales nuevos. Y me he enterado de que necesitas un mozo de cuadra.
¡Dios!, tenía un aspecto fantástico.
– Tienes más titulación de la requerida. Y me gusta que mis ayudantes se queden durante algún tiempo.
– Me quedaré. Ponme a prueba.
– Me dijiste que encontraste el motor. ¿No era tan bueno como se suponía?
– Sí, las pruebas preliminares fueron asombrosas.
– Entonces no necesitas un trabajo.
– Lo necesito. Y te necesito a ti. -Sonrió-. Piensa en tu posición dentro de la comunidad. Serás la única propietaria con un mozo de cuadra multimillonario.
– La idea tiene sus ventajas. -Kilmer estaba lo bastante cerca para tocarla. ¡Por Dios!, Grace estaba deseando acariciarle. Había pasado demasiado tiempo-. Ya sabes lo mucho que he valorado siempre mi posición social. Por supuesto, estaría dispuesta a darte algunos incentivos.
– Cuento con ellos. No esperaba menos. No puedo trabajar sin ellos.
– Ni yo tampoco. -Ya estaba bien. Grace no pudo esperar ni un segundo más.
Avanzó un paso y se encontró entre sus brazos.