Querido Philip:
Dado tu continuo rechazo a supervisar por ti mismo los preparativos, te escribo para informarte de que ya ha sido dispuesto tu maldito matrimonio. Aún no se ha determinado exactamente con quién deberás casarte, pero puedes estar seguro de que la boda tendrá lugar en Londres el primero de septiembre; y a diferencia de la última maldita boda que preparé para ti hace tres años, espero que esta vez te presentes. De hecho, te pido que lo hagas. Mientras tú te dedicabas a cruzar las dunas del desierto de Egipto en busca de reliquias oxidadas, mi salud ha entrado en una fase de declive. Según el doctor Gibbens me queda menos de un año de vida, y quisiera verte casado y asumiendo el lugar que te corresponde en la sociedad, acaso incluso con un heredero en camino, antes de estirar la pata.
Como tú ya no puedes permitirte el lujo de dedicar demasiado tiempo a cortejar a una novia, he contratado a una casamentera para que te encuentre una esposa adecuada. Por desgracia, a causa del escándalo que produjo el que no te presentaras a tu última maldita boda, miss Chilton-Grizedale se enfrenta con un reto abrumador.
Sin embargo, es una gran negociadora y ha prometido que encontrará a una muchacha que pueda ser tu admirable vizcondesa. Con miss Chilton-Grizedale supervisando los preparativos de la boda hasta en los mínimos detalles, lo único que tienes que hacer tú es presentarte. Asegúrate de que esta maldita vez será así.
Con cariño,
TU PADRE